Namo tassa Bhagavato Arahato
Samma-sambuddhassa
EL LIBRO DE LOS UNOS
1. La mente I
No conozco, monjes, ninguna otra cosa que sea tan ingobernable como una mente no desarrollada. En verdad que una mente no desarrollada es ingobernable.
No conozco, monjes, ninguna otra cosa que sea tan gobernable como una mente desarrollada. En verdad que una mente desarrollada es gobernable…
No conozco, monjes, ninguna otra cosa que proporcione tanto sufrimiento como una mente no cultivada y no desarrollada. En verdad que una mente no cultivada y no desarrollada proporciona sufrimiento.
No conozco, monjes, ninguna otra cosa que proporcione tanta felicidad como una mente cultivada y desarrollada. En verdad que una mente cultivada y desarrollada proporciona felicidad.
(1, iii, 1-10, selección)
No conozco, monjes, ninguna otra cosa que cause tanto perjuicio como una mente sin domar, descuidada, desprotegida y descontrolada En verdad que una mente así causa gran perjuicio.
No conozco, monjes, ninguna otra cosa que cause tanto beneficio como una mente domada, vigilante, protegida y controlada, En verdad que una mente así causa gran beneficio.
(1, iv, 1-10, selección)
2. La mente II
No conozco, monjes, ninguna otra cosa que cambie con tanta rapidez como la mente. En verdad que no es fácil dar una ilustración de la rapidez con la que cambia la mente[1]
(1, v, 8)
La mente, monjes, es luminosa. Se contamina con las corrupciones adventicias.
La mente, monjes, es luminosa. Está libre de corrupciones adventicias[2].
(1, y, 9-10)
La mente (es decir, un momento de consciencia) surge y se desvanece rápidamente
3. Amor incondicional
Monjes, si, aunque sólo sea durante el tiempo que se tarda en chascar los dedos, un monje genera un pensamiento de amor incondicional, lo acrecienta, le presta atención, es llamado (con propiedad) monje. No medita en vano, actúa conforme a la dispensa del Maestro, sigue su consejo y es merecedor de ser alimentado por las limosnas de los aldeanos.
4. Mente, la fuente del bien y del mal
Monjes, todos los estados perjudiciales, que formen parte de los perjudicial, que estén del lado de lo perjudicial tienen a la mente como precursor[3]. La mente surge en primer lugar y es seguida por los estados perjudiciales.
Monjes, no conozco nada como la negligencia[4] para que surjan los estados perjudiciales que aún no hayan surgido ni para que se desvanezcan los estados provechosos que hayan surgido. Monjes, en el que es negligente surgirán los estados perjudiciales que aún no hayan surgido y se desvanecerán los estados provechosos que hayan surgido.
(1, vi, 6-8)
b) Monjes, todos los estados provechosos, que formen parte de lo provechoso, que estén del lado de lo provechoso, tienen a la mente como precursora. La mente surge en primer lugar y es seguida por los estados provechosos.
Monjes, no conozco nada como la diligencia para que surjan los estados provechosos que aún no hayan surgido ni para que se desvanezcan los estados perjudiciales que hayan surgido. Monjes, en el que es diligente surgirán los estados provechosos que aún no hayan surgido y se desvanecerán los estados perjudiciales que hayan surgido.
5. La máxima ganancia
(1, vi, 7-9)
Insignificante, monjes, es la pérdida de los familiares, de la riqueza y de la fama. La mayor pérdida es la pérdida de la sabiduría.
Insignificante, monjes, e el incremento de los familiares, de la riqueza y de la fama. La máxima ganancia es el incremento de la sabiduría.
Por tanto, monjes, debéis ejercitaros así: «Fomentaremos el incremento de la sabiduría». Monjes, así es como debéis ejercitaros.
(1, viii, 6-10)
6. Una persona
Monjes, hay una persona cuyo surgimiento en el mundo es en pro del bienestar de muchos, de la felicidad de muchos. Viene movido por la compasión hacia el mundo, por el beneficio, bienestar y felicidad de dioses y de hombres. ¿Quién es esa persona? Es un Tathgata, un Arahant, un Plenamente Iluminado. Esta, monjes, es la persona.
Monjes, en el mundo surge una persona única, sin par, sin igual, incomparable, inigualable, inmejorable, inconmensurable, el mejor de los humanos. ¿Quién es esa persona? Un Tathgata, un Arahant, un Plenamente Iluminado. Esta, monjes es la persona…
Monjes, hay una persona cuya manifestación es la manifestación de gran visión, de gran resplandor, de gran fulgor. Es la manifestación de las seis cosas sin par[5], la realización de los cuatro conocimientos Analíticos, la penetración en los elementos, en la diversidad de los elementos[6]. Es la obtención del fruto del conocimiento y de la liberación, la obtención de los frutos de la Entrada en la Corriente, del que Vuelve una vez, del que No-vuelve y del estado de Arahant. ¿De qué persona es esta manifestación? De un Tathgata, un Arahant, un Plenamente Iluminado. Esta, monjes, es la persona…
(1, xiii, selección)
7. Imposible
Es imposible, monjes, no puede ser, que una persona que tenga Visión (Recta) considere permanente ninguna formación. Pero es posible para un profano considerar permanente una formación[7].
Es imposible, monjes, no puede ser, que una persona que tenga Visión (Recta) considere que una formación puede dar felicidad.
Es imposible, monjes, no puede ser, que una persona que tenga Visión (Recta) considere que alguna cosa es su propio ser[8]. Pero es posible para un profano considerar que alguna cosa es su propio ser.
(1, xv, 1-3)
8. Contemplación atenta del cuerpo
I
Al igual que quien abarca con su pensamiento el océano inmenso incluye en él cada uno de los arroyos que afluyen al océano, de la misma manera, monjes, se incluyen los estados provechosos que forman parte del conocimiento supremo en aquel que cultiva y practica con frecuencia la contemplación atenta del cuerpo[9].
Hay una cosa, monjes, que si se cultiva y se practica con frecuencia conduce a una profunda motivación de la mente, a la obtención de un gran beneficio, de la máxima seguridad, de la atención y la clara comprensión; a la obtención de la visión y del conocimiento, a una vida feliz, a la realización del fruto del conocimiento y la liberación. ¿Cuál es esa cosa? La contemplación atenta del cuerpo…
Monjes, hay una cosa que si se cultiva y se practica con frecuencia, calma el cuerpo, calma la mente y acalia los pensamientos discursivos, y todos los pensamientos que forman parte de la sabiduría alcanzan la plenitud de su desarrollo…
Monjes, hay una cosa que si se cultiva y se practica con frecuencia hace que se abandone la ignorancia, que surja la sabiduría, que se descarte la ilusión de un «yo», que se desechen las tendencias perjudiciales y que se eliminen las trabas.
¿Cuál es esa cosa? La contemplación atenta del cuerpo.
II
No participan de la Inmortalidad quienes no participan de la contemplación atenta del cuerpo. Participan de la Inmortalidad quienes participan de la contemplación atenta del cuerpo…
La Inmortalidad se pierde para aquellos que pier den la contemplación atenta del cuerpo. La Inmortalidad no se pierde para aquellos que no pierden la contemplación atente del cuerpo…
Fracasan en la obtención de la Inmortalidad quienes fracasan en la contemplación atenta del cuerpo. Obtienen la Inmortalidad quienes obtienen la contemplación atenta del cuerpo…
Descuidan (la búsqueda de) la Inmortalidad quienes descuidan la contemplación atenta del cuerpo. No descuidan (la búsqueda de) la Inmortalidad quienes no descuidan la contemplación atenta del cuerpo…
Se olvidan de la Inmortalidad quienes olvidan la contemplación atenta del cuerpo. No se olvidan de la Inmortalidad quienes no olvidan la contemplación
atenta del cuerpo…
No progresan en (la búsqueda de) la Inmortalidad quienes no progresan en la contemplación atenta del cuerpo. Progresan en (la búsqueda de) la Inmortalidad quienes progresan en la contemplación atenta del cuerpo…
No han comprendido la inmortalidad quienes no han comprendido la contemplación atenta del cuerpo. Han comprendido la inmortalidad quienes han comprendido la contemplación atenta del cuerpo…
No han consumado la Inmortalidad quienes no han consumado la contemplación atenta del cuerpo. Han consumado la inmortalidad quienes han consumado la contemplación atenta del cuerpo.
(1, xxi, selección)
[1] La mente (es decir, un momento de consciencia) surge y se desvanece rápidamente
[2] Según el Comentario, la mente, en este pasaje, se refiere a la mente subconsciente o subliminaj (que difiere del concepto de subconsciente que rnaneja la psicología moderna). Las corrupciones adventicias son: codicia, odio y oftiscación. El subcomentario aclara que, hablando estrictamente, no se produce ninguna corrupción en una mente luminosa, porque la subconsciencia luminosa y las corrupciones no coexisten, sino que estas últimas surgen en un estadio posterior (el llamado «Impulso» en la psicología budista) del proceso plenamente consciente. En el texto se habla figuradamente de «mente corrompida» para indicar que se refiere a la misma continuidad mental.
[3] «Mente» se refiere aquí a la intención dañina
[4] La falta de atención.
[5] 1) Ver al Buda, 2) oír sus enseñanzas, 3) confiar en él, 4) el triple entrenamiento (en virtud, concentración y sabiduría) que él proclamó, 5) el servicio que se le presta, 6) la meditación en el Buda.
[6] En este pasaje la palabra «elementos» se refiere concretamente a los 18 elementos de la cognición sensorial: los seis órganos sensoriales (incluyendo la mente), los seis objetos sensoriales y las seis clases de conciencia.
[7] Cualquier cosa compuesta o condicionada.
[8] Incluso el Nibbana, lo no-compuesto.
[9] La gran importancia que se le concede a la atención atenta del cuerpo proviene del hecho de que la comprensión meditativa de la naturaleza impermanente, dolorosa e impersonal de los procesos corporales constituye la base indispensable para la comprensión correspondiente de los procesos mentales. Sólo la comprensión de ambos conducirá a la Visión Cabal (Vipassan) liberadora.
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